5 enemigos de tu crecimiento profesional
- belenmels
- 28 abr 2019
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 13 may 2019
¿Alguna vez te has sentido estancada en tu carrera, como si tus pies pesaran dos toneladas y te resultara imposible dar un paso? Y sabes que no se trata de un problema físico, porque tu salud está muy bien.
¿Que es lo que está impidiendo que avances hacia esa meta que quieres alcanzar?. ¿Que hace que saboteemos nuestro crecimiento?
Suelen ser "juicios” (opiniones) acerca de nosotras mismas y/o nuestro entorno. El problema surge cuando estos "juicios" se convierten en creencias, es decir, los vivimos como realidades, y en verdad sólo se trata de nuestras propias percepciones o interpretaciones. La buena noticia es que al ser nuestros (juicios, opiniones o interpretaciones), una vez identificados, si nos lo proponemos, tenemos el poder de cambiarlos!
Te cuento cuáles son los 5 enemigos más comunes que impiden que avancemos en nuestro desarrollo profesional y qué podemos hacer para neutralizarlos.

1- La desmotivación:
Es ese sentimiento de apatía hacia lo que nos rodea, el desgano de hacer una acción. Suele estar relacionado con la desesperanza. Algunos de los casos más típicos de desmotivación en el desarrollo profesional ocurren cuando nos aburrimos de las tareas repetitivas que hacemos a diario, cuando sentimos que no somos valoradas por nuestros esfuerzos, o cuando pensamos que ya no tenemos posibilidad de crecer en nuestro plan de carrera. Pareciera que dependemos de factores o estímulos externos para poder sentirnos motivadas. Pero existe en nosotras una gran habilidad que, mientras más la desarrollemos, más contundente será al derrotar la desmotivación. Esa habilidad es la Automotivación. La automotivación es mantener una actitud positiva hacia lo que nos rodea. Es lograr influir en nuestro estado de ánimo para encontrar aspectos interesantes en aquello que parece no tenerlos. Es una capacidad interna de encontrar estímulos que nos impulsen hacia una meta determinada. Una actitud positiva y creativa ante las situaciones adversas siempre encuentra oportunidades para aprovechar y estímulos (internos y externos) que nos impulsan a seguir creciendo.
El desafío es plantearnos la pregunta: ¿Que tiene que ver conmigo este sentimiento de apatía? ¿Que tengo a disposición para hacer para mejorar mi situación?
2- Falta de seguridad en uno mismo:
Los complejos y los miedos que sentimos ante determinadas situaciones son producto de muchos factores a lo largo de nuestra vida. La falta de seguridad en nosotros mismos nos convierte en nuestro principal enemigo a la hora de tomar decisiones y actuar en beneficio de un mejor porvenir.
Uno de lo ejercicios más efectivos para ganar confianza en uno mismo es hacerse un análisis DAFO o FODA (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades). Si conoces cada uno de estos aspectos sobre ti, podrás usar tus fortalezas para aprovechar las oportunidades, trabajar en tus debilidades y planear cómo neutralizar las amenazas. Pero lo más importante es que creas en ti. Si bien es cierto que debes ser honesta contigo misma al momento de reconocer tus limitaciones, no es menos cierto que debes ser asertiva y generosa cuando identifiques tus cualidades y aptitudes.
3- Enfocarse en los problemas:
Este es un enemigo a temer, porque no suele andar solo. Cuando aparece, detrás vienen otros saboteadores como la desmotivación y la falta de seguridad. Cuando surge un problema es normal que sintamos frustración y, en ocasiones, impotencia. Pero sea cual sea su magnitud, lo primero que debemos entender es que se trata de un reto que debemos superar. Es una circunstancia en la que nos encontramos momentáneamente y que debe ser superada.
Una vez que adoptemos la actitud correcta, estaremos en capacidad de identificar los recursos con los que contamos para hacer frente al problema: Nuestras propias competencias y conocimientos, herramientas de trabajo o estudio, equipos de trabajo, recursos materiales, etc. De este modo podremos enfocarnos en las posibles soluciones.
4- La zona de confort:
La zona de confort es ese espacio (físico o mental) en el que nos sentimos seguras, en el que no corremos ningún riesgo, no enfrentamos nuevos retos y mantenemos una rutina continua. Pero si todo eso suena tan bien ¿cómo puede ser un saboteador? Aunque tenga un nombre con un sonido agradable, la zona de confort en realidad es un monstruo que se oculta detrás de un estado de aparente comodidad, que nos convierte en autómatas e impide nuestro crecimiento personal y profesional. Permanecer en la zona de confort por mucho tiempo puede causar desmotivación.
Salir de la zona de confort implica aceptar nuevos retos, lanzarse a conquistar sueños y metas. Emprender ese viaje potencia la creatividad, fortalece la autoconfianza, crea nuevas relaciones personales, aumenta la experiencia y el conocimiento. Todo esto es parte del crecimiento personal y profesional. ¿Pero cómo puedes salir de la zona de confort? Existen dos palabras claves para salir de la zona de confort: Cambio y Apertura. Esto quiere decir que debes estar abierta a los cambios: Cambia tus hábitos de estudio o de trabajo, proponte nuevas técnicas, relaciónate con personas nuevas, recorre nuevas rutas para llegar a la oficina, aprende otro idioma, estudia otras disciplinas. En fin, existen mil posibilidades para ampliar tu zona de confort.
5- Miedo al “qué dirán”:
Atribuyen a John Lennon la frase “Tratar de complacer a todo el mundo es imposible. Si hicieras esto, acabarías en el medio sin nadie a quién le caigas bien”. El miedo a las críticas o a la desaprobación de terceros es, posiblemente, el miedo más absurdo porque, por uno u otro motivo, siempre habrá alguien que nos critique sin importar lo que hagamos o dejemos de hacer. Por lo tanto, lo que es verdaderamente importante es hacer lo que consideramos correcto para nuestro crecimiento y que nos haga feliz sin dañar a otros. Las personas que nos rodean, si realmente nos aprecian, nuestros familiares y amigos, estarán de acuerdo con nuestra decisión y nos brindarán apoyo. En este sentido, es recomendable mantener una buena comunicación con los más allegados o que pueden verse afectados directamente por nuestras decisiones, dejándoles saber claramente las consecuencias positivas de nuestras acciones.
Espero que puedas ir diseñando tu estrategia de defensa contra estos enemigos. Tu desarrollo profesional depende de tu voluntad y tu actitud. ¡¡No abandones tus sueños ni desistas de tus metas!!
Commentaires